El Ministerio de Justicia prepara una nueva reforma mediante la cual unificará a todos los registros (de la Propiedad, Mercantil y ahora Civil), atribuyéndoles nuevas funciones y liberando a los jueces y funcionarios de justicia de las labores de registro civil que vienen desempeñando, pasando a reforzar los juzgados.
Los registradores se encargarán de realizar gestiones como la inscripción de nacimientos y las actas de defunción (que suponen dos tercios de la actividad del Registro Civil), sin cobrar nada a los ciudadanos.
No obstante, también realizarán otros actos propios del Registro Civil que no tienen carácter obligatorio, como por ejemplo los cambios de nombre o de apellidos, por los que sí pueden llegar a cobrar alguna cantidad al ciudadano (entre los 20 y los 40 euros por gestión).
En la actualidad el Registro Civil gestiona 1.300.000 trámites, de los cuales casi un millón se corresponden con nacimientos y defunciones.
El Registro Civil de Madrid capital atiende entre 6.000 y 8.000 personas a diario. A partir de la reforma que se planea, dicha carga de trabajo pasará a ser asumida por los 72 registradores de esta zona con sus correspondientes empleados.
Esta cesión de funciones supondrá para el Ministerio de Justicia la posibilidad de ahorrar una parte del presupuesto dedicado a los Registros Civiles, aunque el gasto de personal se mantendrá porque los jueces y funcionarios que actualmente trabajan en los mismos tendrán nuevos destinos.
Y para los registradores esta carga de trabajo extra compensaría el notable descenso de su actividad con motivo de la crisis económica, evitando el despido de un número importante de empleados de los registros de la propiedad y mercantiles.
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