domingo, 3 de febrero de 2013

¡Pues tenemos tasas judiciales para largo!

Basta darse una vuelta por cualquier Decanato de los Juzgados en los que intervenimos para percatarse que el volumen de demandas que se presentan día a día ha descendido notablemente. Por ejemplo, los Juzgados de Majadahonda venían registrando en los últimos meses una media de cincuenta demandas al día, tras la entrada en vigor de la nueva Ley de Tasas esa media ha bajado hasta las veinte demandas diarias. Ello supone una reducción muy importante.

En los pasillos de los juzgados los letrados te comentan que la litigiosidad ha bajado de manera evidente, ya que al cliente no le compensa iniciar un proceso judicial en el que para empezar tenga que adelantar una cantidad importante para el pago de la tasa judicial y además las provisiones de fondos del letrado y del procurador. La acción judicial se está convirtiendo en una acción anti-económica.

Todos tenemos grandes esperanzas en que las instancias judiciales superiores pongan freno a este atropello del Ministro de Justicia, pero no echemos las campanas al vuelo, ya que en los últimos días se han producido dos señales que evidencian que posiblemente tengamos tasas judiciales para largo:

Por un lado la Audiencia Nacional ha rechazado la suspensión provisional de las tasas judiciales que le había solicitado, como medida cautelar, el Colegio de Abogados de Orense, de modo que seguirán cobrándose en tanto este tribunal no resuelva sobre si son o no ajustadas a derecho. Ha primado la tesis del Abogado del Estado que afirmaba que no adoptar la medida cautelar no perjudicaba la finalidad legítima del recurso, mientras que suspender el cobro de las tasas, para el caso de que finalmente el tribunal no resolviera en su contra, sí sería grave para el interés general, pues provocaría un "caos organizativo" y perjudicaría la lucha contra el deficit.

Y por otro lado, el presidente del Tribunal Constitucional, Pascual Sala, ha manifestado que valora la implantación de las tasas judiciales con la condición de que éstas estén "bien reguladas, bien establecidas y sean proporcionadas", es decir "si están justificadas y se explican bien y están bien reguladas, en este caso, están bien puestas".

En definitiva, tendremos que adaptarnos a la nueva situación creada, y capear el temporal. 

Utilizando un simil, vamos a tener que gritar: "Sr. Ministro ¡deme una de crisis y otra de tasas judiciales!"

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